Mejorar la gestión de la pesquería de pequeños pelágicos en Ecuador
Mejorar la gestión de la pesquería de pequeños pelágicos en Ecuador, demostrar sostenibilidad y ser elegible para unirse al Programa de Mejoramiento (IP) MarinTrust, fueron fuertes razones por las que un grupo de empresas decidió participar en un Proyecto de Mejoramiento de Pesquería (FIP) para el grupo de recursos de pequeños pelágicos en el 2018. En total, 16 empresas pesqueras y procesadoras ecuatorianas, dos comerciantes y cuatro productores internacionales de piensos se inscribieron para tomar medidas de colaboración.
Los negocios involucrados representan alrededor del 80% del sector de pequeños pelágicos más amplio en Ecuador, e incluyen a las grandes empresas del sector de alimentos para animales BioMar (Alimentsa), Gisis S.A. (Skretting Ecuador) y Vitapro (Nicovita); junto con las empresas pesqueras Negocios Industriales Real (NIRSA), Empresa Pesquera Polar, Borsea, Tadel, Exu, Dimolfin y Pesquera Herco, entre otras.
Francisco Aldon, CEO de MarinTrust, explicó que tomó alrededor de 2.5 años para que el FIP se pusiera en marcha y para que fuera aceptado en el IP MarinTrust. La certificación completa MarinTrust, que es el objetivo final para los productores de ingredientes marinos, les permite demostrar su compromiso con el uso de materias primas de origen responsable. Dar el primer paso comprometiéndose a mejorar la pesquería, fue visto como una herramienta importante para salvaguardar el acceso al mercado y abrir nuevas oportunidades.
“Entendemos que no es fácil reunir a una amplia gama de empresas pesqueras y de piensos, ONG y departamentos gubernamentales para trabajar en colaboración, en una cultura sin tal tradición. Tampoco es fácil cambiar las prácticas locales y nacionales para mejorar una pesquería desafiante. Existe una alta variabilidad en el nivel de captura incidental en la pesquería de pequeños pelágicos de Ecuador, lo que dificulta su regulación. Sin embargo, la voluntad de mejorar la gestión pesquera estaba ahí, y la Asociación de Pesca Sostenible (SFP), una ONG ambiental, asumió la responsabilidad de supervisar el FIP “, dijo Aldon.
Como parte del proceso de aplicación para unirse al IP de MarinTrust, un consultor independiente llevó a cabo un análisis de brechas en relación con la Norma MarinTrust, que sirvió de base para la elaboración de un Plan de Acción Pesquero. Una vez que todo estuvo listo, incluido un proceso de revisión por pares por parte de un organismo de certificación, la solicitud del IP fue revisada por el Comité de Aplicación al Programa de Mejoramiento. Finalmente, los miembros del Comité de Gobernanza MarinTrust se complacieron en confirmar la aceptación. Aldon explicó que el FIP está diseñado para ejecutarse por un máximo de 5 años, después de lo cual, en teoría, debería estar listo para solicitar la aprobación completa de la pesquería y la certificación de los ingredientes marinos. En la práctica, es probable que la biomasa de algunas especies se recupere lo suficiente como para ser aprobada.
Así lo confirmaron la bióloga Viviana Jurado Maldonado y el investigador pesquero Manuel Peralta, del Instituto Nacional de Pesca, quienes supervisan los estudios en curso sobre los impactos en el hábitat y el ecosistema de la pesquería de pequeños pelágicos, y monitorean especies en peligro de extinción, amenazadas y protegidas (ETP). Hasta ahora se han recopilado y analizado más de 7 millones de datos sobre la pesquería y sus recursos. “El sector pesquero ha estado mucho más comprometido con esta investigación y nos ha dado tiempo, recursos y apoyo para llevar a cabo nuestro trabajo. Como resultado, hemos desarrollado nuevas relaciones y más confiables con los pescadores, lo cual es una buena señal para el futuro. Anticipamos que se implementarán más proyectos una vez que nuestro trabajo actual con el FIP esté terminado“, dijo Jurado Maldonado.
Acceso a los mercados
Un beneficio importante del FIP de pequeños pelágicos es que varias empresas locales productoras de harina y aceite de pescado han logrado el reconocimiento por del Programa de Mejoramiento MarinTrust y han aumentado su competitividad en el mercado mundial. Otros están trabajando para lograrlo.
Superar las diferencias en las posturas, respecto a la sostenibilidad y la gestión pesquera, entre América del Sur y las naciones occidentales era un desafío a afrontar, pero también había una creciente necesidad de proporcionar alimentos certificados para la creciente industria camaronera del país, que estaba comenzando a adoptar certificaciones como Best Aquaculture Practices (BAP) y Aquaculture Stewardship Council (ASC). En este sentido, el trabajo del FIP también se ha relacionado con el del Sustainable Shrimp Partnership (SSP) de Ecuador, establecido por los actores más grandes del país que están comprometidos con la transformación del futuro del sector. El SSP estableció un grupo de trabajo del sector de alimentos balanceados, para impulsar la innovación y resaltar los avances tecnológicos y sostenibles que se están realizando en la industria del camarón.
Fabricio Vargas, gerente general de Vitapro (Nicovita), alimento para camarón, explicó que el compromiso de la compañía con la sostenibilidad fue su principal impulsor para querer desempeñar un papel activo para ayudar a la industria a evolucionar a través del Proyecto de Mejoramiento de Pesquería (FIP). “El FIP de Pequeños Pelágicos demuestra cómo nuestro espíritu de ‘transformar la acuicultura para nutrir el mañana’ se materializa a través de acciones prácticas que promueven un camino hacia la gestión responsable de los recursos marinos. El programa crea una responsabilidad compartida en toda la cadena de valor mediante la incorporación de sistemas que garantizan la trazabilidad de las materias primas y la imposición de objetivos de alto impacto. Estos han sido elementos clave en su éxito hasta ahora“, dijo. “Queremos que nuestros aliados estratégicos crezcan al mismo ritmo que la industria camaronera de Ecuador y hemos realizado inversiones financieras para entregar una visión técnica a largo plazo para ayudar al sector a evolucionar. También hemos fortalecido nuestras relaciones con toda la cadena de suministro, basadas en un compromiso mutuo con el abastecimiento responsable de materias primas“.
Según Jimmy Anastacio, asesor económico de la Cámara Nacional de Pesquería del país, que representa a la mayoría de las flotas ecuatorianas de atún y pequeños pelágicos, además de las industrias auxiliares que producen pescado fresco, congelado, enlatado y harina de pescado; desde la implementación del FIP los investigadores han notado mejoras significativas en el estado de la pesquería durante las evaluaciones de las poblaciones. “Las medidas de gestión voluntaria implementadas por el FIP, como los cierres prolongados de pesca y la implementación de registros electrónicos, no fueron populares pero han mostrado resultados impresionantes hasta ahora, incluida la reducción de la sobrepesca y la sobreexplotación de varias especies“, dijo. En resumen, el FIP ha sido transformador al empoderar a la industria para que realice mejoras“.
Carlos Cacao, presidente de la Comisión de Pequeños Pelágicos de la Cámara Nacional de Pesquería explicó que, en marzo del 2021, por primera vez para Ecuador, el gobierno lanzó un nuevo plan de manejo para la pesquería de multiespecie de pequeños pelágicos del país. Estableció objetivos, metas y mejores medidas de gestión acordadas por todos los actores del FIP y fue el resultado de una acción colectiva con el gobierno. La adopción del plan también fue un paso clave para cumplir con los requisitos de la certificación MarinTrust en el futuro.
También se incluyeron medidas para combatir la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada (INDNR), a fin de garantizar el cumplimiento de los requisitos del mercado de la UE. En el 2019, Ecuador recibió una tarjeta amarilla de la UE por su falta de supervisión y falta de lucha contra la pesca INDNR. “Ahora tenemos metas y objetivos que pueden ser monitoreados para evaluar el progreso y el cumplimiento, y garantizar una gestión efectiva de la pesquería. Todavía se necesitan más recursos para la investigación y la gestión de pequeños pelágicos, pero trabajando colectivamente podemos responder a los desafíos de la seguridad alimentaria mundial“, dijo.
Leonardo Aguirre, de la empresa pesquera y productora de harina y aceite de pescado, NIRSA, destacó que el FIP trabaja para mejorar la sostenibilidad del recurso, independientemente de su destino final de consumo. “La producción de harina de pescado y productos para consumo humano directo se benefician positivamente de las mejoras resultantes del FIP“, dijo. “El proyecto también proporciona capacitación para nuestros miembros de la tripulación, para fortalecer las capacidades de pesca sostenible, y son muy positivos al respecto. La tripulación ahora participa en el monitoreo y la recopilación de datos a bordo de las embarcaciones FIP, con el objetivo de generar datos a nivel de la industria que puedan ser utilizados para gestionar la pesquería y futuras certificaciones. Además, ponemos nuestros barcos a disposición para la investigación hidro-acústica, que determina la biomasa de pequeños pelágicos e identifica áreas de desove y reclutamiento“.
Diego Orellana, quien apoyó activamente el FIP como parte de Global Marine Commodities en el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, elogió el compromiso de todas las empresas y organizaciones involucradas. “Ha sido emocionante ver cómo los cambios en la gestión de los recursos, respaldados por la investigación, han resultado en un cambio sutil hacia una cultura de pesca responsable en el grupo de partes interesadas y esto contribuye al acceso al mercado global“, dijo.
Dado que el FIP entra en sus etapas finales, Renato Gozzer, Director de Pesca de América Latina de Sustainable Fisheries Partnership (SFP), confirmó que a pesar de la finalización del proyecto Global Marine Commodities en el 2021, la ONG ha mantenido su apoyo al FIP. “Consideramos este FIP como un modelo a seguir para la pesca industrial en la región, donde los sectores de captura y procesamiento tomaron la delantera y fomentaron la colaboración efectiva con las instituciones gubernamentales y toda la cadena de suministro“, dijo Gozzer.
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